Una Suite de Prestigio en la que los recuerdos de este gran cineasta se entremezclan con una decoración noble de estilo neoclásico.
En este homenaje a uno de escritores más importantes de la literatura francesa, lo que descubren en realidad los idealistas de un París intelectual es una verdadera joya: un espacio completamente revestido de madera con una biblioteca privada e ideada como un apartamento de soltero fiel al universo y los recuerdos del escritor.
La biblioteca
El encanto de esta suite de dos niveles con una sublime perspectiva del salón con aires de «cuarto de maravillas» desde la cama king-size. La mesa con ajedrez, esa atmósfera literaria tan especial... Uno viaja de inmediato a principios del siglo pasado y quiere saber más sobre el escritor y sus amigos impresionistas.
El primer huésped fiel
del Ritz París
«En el Ritz, nadie te precipita», decía Marcel Proust.
El autor de En busca del tiempo perdido y Un amor de Swann, jefe de filas de los escritores impresionistas, fue uno de los primeros clientes fieles del Ritz París.
Proust asistió a la inauguración, fue invitado a numerosas recepciones y, a su vez, ofreció numerosas cenas.
Hizo del Ritz París su observatorio de la vida parisina, una fuente inagotable de información gracias a sus amistades, especialmente la que mantenía con el primer maître del hotel, Olivier Dabescat.
El maître siempre fue cómplice del escritor, pues le contaba las costumbres de cada ilustre cliente y todo lo que se murmuraba en París. De él se dice que contribuyó en gran medida a lo que plasmó en sus obras el novelista.